La gran admiración que Donald Trump dice sentir por el pueblo mexicano no ha sido obstáculo para que el nuevo presidente estadounidense cumpla su promesa de construir un muro en la frontera.
Washington. La gran admiración que Donald Trump dice sentir por el pueblo mexicano no ha sido obstáculo para que el nuevo presidente estadounidense cumpla su promesa de construir un muro en la frontera. Incluso al firmar el decreto el miércoles, se mostró convencido de que la decisión mejorará la relación con su vecino del sur.
Al firmar dos acciones ejecutivas, Trump además ordenó suspender fondos federales para las llamadas “ciudades santuario”, crear nuevos centros para detener inmigrantes no autorizados y reactivar un programa federal para agilizar deportaciones.
“El flujo sin precedentes de inmigrantes ilegales de América Central perjudica a México y a Estados Unidos. Las medidas que adoptamos mejorarán la seguridad en nuestros dos países”, dijo el mandatario durante la juramentación de John Kelly como secretario de seguridad nacional.
“Creo que nuestra relación con México será mejor”, agregó. “Trabajando juntos en comercio, seguridad fronteriza y cooperación económica, realmente creo que podemos mejorar la relación entre nuestros dos países a un nivel no visto antes, ciertamente no en mucho tiempo”.
Además de prometer la construcción del muro, Trump tildó durante su campaña electoral de “criminales” y “violadores” a los inmigrantes mexicanos e insistió en la necesidad de renegociar el tratado comercial que su país suscribió con México y Canadá.
Sin embargo, el miércoles dijo sentir “gran admiración por el pueblo mexicano” y dijo que esperaba gustoso reunirse el 31 de enero con su homólogo mexicano Enrique Peña Nieto.
Trump no mencionó la presencia del canciller mexicano Luis Videgaray en la capital estadounidense para su primera reunión con el nuevo gobierno estadounidense, y el mexicano no ha efectuado comentario sobre este tema.
El vocero de la Casa Blanca, Sean Spicer, dijo previamente que México pagaría la construcción del muro de una manera u otra, algo que el gobierno de Peña Nieto ha negado reiteradamente.
Días atrás, Trump mencionó que en un principio el proyecto sería financiado con una ley de gastos aprobado por el Congreso y que luego sería reembolsado por México, aunque no ha especificado cómo lo garantizará.
Spicer explicó que la intención de la medida firmada el miércoles “es iniciar el proyecto, lo antes posible usando fondos existentes. Luego trabajar con el Congreso en un calendario de financiamiento”.
El vocero también agregó que las medidas ejecutivas ordenan reactivar Comunidades Seguras, un programa federal descontinuado por el gobierno de Barack Obama que permitía al servicio de inmigración y aduanas retener a cualquier extranjero susceptible de deportación cuando el FBI verifica los antecedentes a solicitud de las policías locales.
Mientras legisladores republicanos aplaudieron los decretos, demócratas y activistas no demoraron en criticarlos.
Miembros del bloque de congresistas hispanos demócratas dijeron que las órdenes ejecutivas de Trump van en contra de los valores estadounidenses y son una forma “irresponsable” de usar el dinero de los contribuyentes, además de no resolver los problemas del sistema migratorio del país.
Joaquín Castro, que representa a Texas en la Cámara Baja, dijo que el muro representa hostilidad hacia México y significará pérdidas económicas en comercio con el país vecino.
“Me preocupan los efectos en ciudades como Dallas, Houston y el valle del Río Grande que venden tantos productos a México y los empleos en Texas que dependen del comercio con México y los efectos dañinos que estas políticas tendrán”, indicó.
Los líderes de una coalición de 40 organizaciones latinas del país dijeron estar “consternados” y “horrorizados” con la firma de las órdenes ejecutivas, que aseguraron atacan de forma directa a familias inmigrantes.
Horas después de que Trump firmara los decretos, decenas de manifestantes se concentraron en las inmediaciones de la Casa Blanca para expresar su repudio con pancartas que rezaban: “Aquí estamos y nos quedamos”, “Tú, yo, todos somos América” y “No al muro”.
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