Ante mayores riesgos para la economía mexicana, se requieren medidas que ayuden a enfrentar las presiones y sobretodo, proteger el poder adquisitivo del peso. Una buena disciplina fiscal de las autoridades hacendarias, esfuerzos del Banco de México para defender el peso y mejoras en el Acuerdo para el Fortalecimiento Económico, son parte de las acciones a poner en marcha, según expone el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
Las amenazas del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, a las empresas que decidan enviar producción desde México con el cobro de un arancel del 35 por ciento limitará el dinamismo de la actividad productiva y con ello la capacidad de generar nuevos empleos y debilitar el desempeño de la economía con la expectativa cada vez más baja de crecimiento para el PIB.
El aumento al precio de los combustibles con el riesgo de una escalada de precios en productos y servicios ha elevado el pronóstico inflacionario por encima de la meta oficial con posibilidad de llegar a 4.5 por ciento al finalizar el 2017.
En su análisis semanal de la economía del país, el CEESP también señala la necesidad de que los planes de austeridad de las autoridades se reflejen en cifras ya que se ve más difícil alcanzar la meta de un superávit primario para evitar que la deuda siga creciendo.
«Es fundamental plantear medidas inmediatas que contribuyan a hacer frente a las presiones que se avecinan», advierte.
Reconoce las acciones tomas por el sector empresarial junto con el gobierno federal para mantener la estabilidad de precios y blindar la economía familiar tras el aumento en el precio de la gasolina, pero también señala que ese acuerdo no está cerrado a mejoras posteriores para mejorar la posición del país en el mediano y largo plazo.
