Leópolis (Ucrania), 3 ago (EFE).- Jóvenes ucranianos organizan eventos y fiestas “rave” que atraen a cientos de voluntarios para limpiar escombros y ayudar a reparar edificios destruidos por la ocupación rusa de su país.
Modernos DJ con sus equipos a la última y decenas de jóvenes llenan un edificio sin tejado, semidestruido que solía ser un centro cultural en Yahidne, al norte de Kiev, la capital ucraniana.
Con la música tronando desde los altavoces, los jóvenes se afanan en remover los montones de escombros del edificio y solo a veces paran para un descanso o para bailar unos momentos. Son voluntarios que ayudan a reconstruir pueblos que fueron ocupados por las tropas rusas al comienzo de la invasión del país.
Tetiana Burianova, una de las responsables de la iniciativa “Reparar juntos”, lo tiene claro: “el voluntariado tiene que ser interesante y divertido”. Dice a Efe que prestar ayuda se ha convertido en una nueva manera de vivir para muchos ucranianos y es importante que los voluntarios no queden exhaustos puesto que queda mucho por hacer.
“Estamos seguros de que la vida y la unidad vencerán a la muerte y la destrucción. Sabemos que son las sonrisas, y no las lágrimas, las que ayudan a nuestra productividad”, escriben los organizadores en su Instagram.
Cada sábado, cientos de jóvenes ucranianos y extranjeeros de Kiev y otras ciudades se suben a autobuses que les llevan a la vecina región de Chernihiv. Equipados con tiendas y sacos de dormir, puede parece que se van de excursión a esa pintoresca parte del país, conocida por sus numerosos ríos y lagos.
Lo cierto es que les esperan dos días de duro trabajo como voluntarios para retirar escombros y reconstruir casas destruidas en pueblos como Yahidne. Casi cuatrocientos de sus habitantes fueron encerrados por los rusos durante un mes mientras los soldados robaban y destruían sus hogares. Once de ellos murieron.
Tetiana afirma que los organizadores no estaban seguros antes de la primera “rave para limpiar” de la reacción de los lugareños aunque sí de que “el ambiente de amor y apoyo mutuo es mucho más valioso para los que sobrevivieron la ocupación que las palabras”.
El resultado fue bueno y una veintena de hombres y hasta niños se unieron a los jóvenes en los trabajos mientras otros participaron en actividades después del trabajo como monólogos y conciertos.
Uno de los voluntarios, Yaroslav Danylchuk de Kiev, espera que la presencia de tantos jóvenes dé a los habitantes el apoyo moral y la esperanza en un futuro mejor.
Tetiana confirma que la gente les recibió muy bien. “Cada vez que venimos al pueblo dos mujeres nos esperan con varenyky (una especialidad ucraniana semejante a las empanadillas) hechos en casa”, cuenta Tetiana a Efe.
Al final del campamento en Ivanivka el domingo pasado, a pesar de fueron dos días de trabajo físico extenuante, los voluntarios y la gente del lugar bailaban juntos con la música de la banda de folk “Shchuka Ryba”.
Yaroslav, de 32 años, participó en varios de esos campamentos, denominados “toloka”, una expresión que se usa para describir cuando la gente se reúne para una limpieza urgente o tareas de construcción. Dice a Efe que solo supo de las fiestas “rave” hace poco e insiste en que de todos modos lo más importante es el trabajo.
Junto con otras decenas de voluntarios, ayudó a recoger y deshacerse de montones de escombros en los que se convirtieron muchos edificios por los ataques rusos.
“El grado de destrucción es inmenso”, dice Yaroslav, quien añade: “estamos en una carrera contrarreloj para ayudar a la gente a preparar sus casas dañadas para la parte más fría del año”.
Hay mucho trabajo por delante. Los habitantes no pueden hacerlo solo y muchos de ellos son a menudo mujeres mayores, más raramente hombres. Algunas perdieron a sus hijos y maridos por el terror de las tropas rusas.
La iniciativa elige solo a las familias más necesitadas. Se planea reconstruir entre 12 y 15 casas en cada una de las localidades en las que ya se han organizado los campamentos.
En las primeras “tolokas” hubo unos cincuenta voluntarios y al último campamento en Ivanivka fueron 250. Decenas se han ido uniendo a la inciativa cada día en el canal de Telegram.
“Reparar juntos” ha recaudado más de 600.000 hryvnias (unos 16.000 euros) procedentes de donaciones de otros ucranianos a título privado. Continúa recaudando fondos para comprar herramientas y material de construcción pero espera atraer también a grandes empresas y fondos internacionales.