San Juan del Río, 25 de julio de 2023.- Las autopistas de México siempre han sido un escenario de potenciales percances. Particularmente, el trecho de la carretera México-Querétaro en el que se sitúa la temida ‘zona roja’ bajando el ‘cerro partido’, ha sido escenario de numerosos incidentes.
Sin embargo, las medidas implementadas por la Guardia Nacional parecen estar incidiendo positivamente en la reducción de accidentes, pero no han sido suficientes, debido a la falta de más unidades que vigilen la zona.
El papel disuasorio de las unidades de la Guardia Nacional se ha hecho evidente al inhibir por unos kilómetros la velocidad de los transportistas, especialmente a la altura de la estación de gasolina ‘Campeón’. A raíz de este efecto, los conductores de tráileres reducen su velocidad, lo que ha derivado en una notable disminución de accidentes.
Sin embargo, se requiere una mayor presencia de estas unidades de seguridad, idealmente cada dos kilómetros. Según los mismos transportistas que manejan con mayor responsabilidad, ya que tras superar los puntos de radar, muchos vehículos retoman velocidades altas, provocando incidentes a unos tres o más kilómetros adelante.
Una alternativa a esta situación son las rampas de frenado, aunque su uso no es del todo popular entre los conductores de transporte de carga.
Según la Alianza Mexicana de Organización de Transportistas (AMOTAC), el costo por utilizar una rampa de frenado puede oscilar entre 90,000 y 170,000 pesos, «dependiendo de cuánto te hayas metido», más el costo adicional de la grúa de arrastre. Esta suma suele ser prohibitiva para muchas empresas y choferes.
En el panorama también surge el tema de los servicios de grúas, los cuales pueden llegar a ser abusivos en sus tarifas. Según se denuncia, el costo depende del tiempo invertido en las maniobras, que puede llegar hasta las 12 horas o más, además del costo por el arrastre a un corralón.
En este contexto, el llamado a una mayor presencia de la Guardia Nacional se hace cada vez más necesario para garantizar la seguridad en nuestras carreteras, al tiempo que se busca una solución más asequible y justa para el uso de las rampas de frenado y los servicios de grúas, tomando en cuenta el incremento de los costos de peaje en las carreteras.