Tucson (AZ), 29 jul (EFE).- La ciudad estadounidense de Phoenix, en Arizona, combate el cambio climático cubriendo las calles con un “pavimento frío” o “asfalto gris” como parte de una estrategia municipal frente a las altas temperaturas y las muertes por calor en la que se incluye también aumentar el arbolado.
Desde hace unos dos años y hasta la fecha se han cubierto en esta ciudad de un poco más de 1,6 millones de habitantes un total de 73 millas (117 km) de calzadas con ese pavimento que absorbe menos el calor y está hecho de asfalto, agua, emulsionante y otros elementos.
“Los primeros resultados que hemos tenido son muy prometedores ya que ofrece una reducción de 10 a 12 grados en las temperaturas de la superficie de la carretera”, dice a Efe la alcaldesa de Phoenix, Kate Gallego, del Partido Demócrata.
El pavimento frío es una parte esencial, pero no la única, de los esfuerzos para combatir el calentamiento global y su impacto en las comunidades que hace la Alcaldía.
Gallego señaló que, adicionalmente al pavimento frío, se están plantando más árboles y otro tipo de vegetación nativa del desierto que no requiera tanta agua para sobrevivir.
“Esta es una forma en que Phoenix está tomando medidas para ser la ciudad en el desierto más sostenible del mundo”, indicó Gallego
SER ALBAÑIL EN PHOENIX
En Phoenix, los trabajadores en el sector de la construcción, como Alejandro Ruiz, sufren especialmente el calor.
“En el verano debemos comenzar a trabajar lo más temprano posible, sin embargo para las 8 de la mañana ya estamos a 90 (grados Fahrenheit, 32,2 Celsius) por lo que debemos de tener mucho cuidado para que no nos dé un ‘golpe de calor’”, señala a Efe.
El trabajador, de origen mexicano, cuenta que algunos días el pavimento está tan caliente que si está parado por mucho tiempo en un solo lugar siente que las suelas de sus zapatillas comienzan a “derretirse”.
“Arizona es uno de los estados que está al frente de los cambios que estamos experimentando debido al calentamiento global, cada año estamos registrando más y más días con temperaturas superando los 100 grados Fahrenheit (unos 38 Celsius)”, subraya a Efe Erick Meza, coordinador fronterizo del grupo ambiental Sierra Club en Arizona.
El cambio climático está teniendo un duro impacto en la ciudad capital de Arizona, donde en 2020 se registraron 50 días con temperaturas por arriba de los 110 grados Fahrenheit (43 Celsius).
En promedio mueren al año unas 300 personas debido a las altas temperaturas que reinan en la quinta ciudad con un área metropolitana más grande de Estados Unidos.
MÁS PAVIMENTO GRIS Y MÁS ÁRBOLES
El pavimento frío, de un color gris claro, es una fina capa que se rocía sobre el asfalto ya existente en las calles de la ciudad y algunos estacionamientos como parte de un proyecto realizado en conjunto con la Universidad del Estado de Arizona (ASU).
La idea es combatir el llamado “efecto isla de calor urbano”, una calurosa burbuja provocada por las actividades diarias humanas que ocurre en varias ciudades estadounidenses.
Datos de la Agencia de Protección Ambiental (EPA) de EE.UU. muestran que las temperaturas nocturnas en las áreas con “isla de calor” pueden ser hasta 22 grados más altas.
El pavimento frío permite que los rayos del sol se reflejen y eso hace que absorba menos calor que el asfalto común, de color negro, que acumula y retiene el calor durante el día, liberándolo lentamente, lo que contribuye a que la temperatura se mantenga alta inclusive durante la noche.
Meza señaló que se trata de un primer paso para combatir el cambio climático, que está teniendo un grave “efecto dominó”, pues aumenta el consumo del agua y también de electricidad.
Pero, advirtió, “una sola técnica no va a ser la solución”.
Lamentó que las comunidades de bajos recursos y más vulnerables se enfrentan a un mayor riesgo, porque el efecto de “isla de calor” es más fuerte en lugares donde faltan parques y otro tipo de estructuras y zonas verdes que “enfríen”.
Al sur de Arizona, la ciudad de Tucson también busca sembrar “un millón de árboles” nativos para reforestar zonas urbanas.
Varias ciudades en Arizona están también implementando programas para que los dueños de viviendas recolecten el agua de lluvia.
SEGURO PARA CICLISTAS Y MASCOTAS
El pavimento frío está hecho con asfalto, agua, un agente emulsionante (jabón), cargas minerales, polímeros y materiales reciclados. Carece de productos químicos nocivos y es compatible con el asfalto tradicional, según el gobierno local.
Es seguro para personas, mascotas, vehículos y todas las actividades típicas que se realizarían en una carretera porque, a pesar de ser de color más claro, no produce deslumbramiento y además “cumple o supera” los requisitos de seguridad antideslizante.
El gobierno local no encontró problemas de seguridad o fricción para las personas que caminan, conducen o andan en bicicleta en calles cubiertas con pavimento fresco tras una prueba previa al programa, hecha bajo varias condiciones, entre ellas de humedad.