Ciudad de México, 12 ago (EFE).- La restauradora mexicana Silvia Ixchel García busca trasladar a México los conocimientos adquiridos durante su estancia en el Museo Nacional del Prado de Madrid, así como su experiencia en España, tras ganar una beca de la institución que por primera vez estuvo dirigida a jóvenes titulados en universidades o escuelas de restauración de México.
“Quiero poder desempeñar y ejercer en México todo lo aprendido, y también compartir este conocimiento que adquirí”, subrayó en entrevista con la Agencia EFE.
Ixchel, tras un proceso de selección largo, obtuvo en 2021 la Beca Internacional Fundación Iberdrola – Museo Nacional del Prado, con la que viajó a Madrid para una estancia de un año a partir de abril de 2022, complementando su experiencia con un Máster en Mercado del Arte.
La selección para la beca fue un proceso riguroso, que implicó cumplir con requisitos específicos y presentar un proyecto de restauración bajo las indicaciones del museo.
«Fue un proceso largo, pero valió la pena», señaló la joven de 33 años.
Por otro lado, Enrique Quintana Calamita, coordinador jefe de restauración y documentación técnica del Museo Nacional del Prado, enfatizó la vital importancia de la restauración en las obras de arte.
“Cada obra de arte vive una historia que deberíamos tratar de conservar”, remarcó Quintana.
EL APRENDIZAJE
La restauradora explicó que eligió especializarse en la restauración de pintura porque, para ella, la pintura abarca mucho más que la parte material, también comprende el mensaje que el autor deseaba transmitir.
“Aprendí no solo a sentir y ver más la obra, lo que es crucial para un restaurador, sino que también descubrí la relevancia del mercado del arte en nuestro campo (…) Me di cuenta de que los restauradores estamos inmersos en este mercado”, señaló.
Ixchel destacó la privilegiada oportunidad de trabajar en un taller con gran renombre, donde interactuó con las obras sin distracciones.
«Esa relación que llegas a tener con las piezas es como un poquito romántica porque estás en un proceso como de hablar tú con la obra y de sentirla”, acentuó.
Durante su estancia en Madrid, participó en la restauración de una obra recientemente adquirida por el Museo del Prado.
“Cuando llegó al museo estaba muy sucia, casi cubierta, solo con algunas pinceladas de colores. Mi trabajo fue realizar una limpieza del cuadro y poco a poco fuimos descubriendo todos los trazos y los recursos que utilizó el autor”, explicó.
EL DÍA A DÍA DE UNA RESTAURADORA
«Todo empieza con reconocer la obra. Estudiarla y conocerla en profundidad. Una vez que tienes eso, identificas sus deterioros, su estado, y luego desarrollas una propuesta de intervención”, contó la mexicana.
Ixchel afirmó que la restauración es un proceso gradual, y que la obra puede sorprender porque cambia mucho desde su estado original hasta su completa restauración.
Por su parte, Quintana ofreció un consejo a los futuros restauradores, enfatizando la importancia de tener confianza en sí mismos, una actitud de aprendizaje constante y la humildad para aprender de sus compañeros.
“Un mexicano puede restaurar arte español, arte alemán, italiano (…) Las emociones y los sentimientos no tienen países, no hay fronteras”, destacó.
Por fín, Ixchel recomendó a sus compañeros «que se arriesguen» a competir por las becas de Fundación Iberdrola.
«Yo, al principio, dudé si me darían la oportunidad por considerar que había personas más preparadas, pero es un hecho que quien no arriesga no gana”, zanjó.