México, 1 nov (redacción).- La revista Lancet, da a conocer en un artículo publicado este viernes (sábado enTurquía), que el científico turco, Bülent Sik, fue encarcelado tras revelar el resultado de un estudio sobre contaminación ambiental y carcinógenos realizado por el gobierno de ese país.
Entre 2011 y 2016, el ministro de Salud de Turquía dirigió un estudio sobre contaminación y carcinógenos en aire, alimentos, tierra y agua. En el laboratorio de la Universidad de Akdeniz, los científicos estudiaron mil 380 muestras de alimentos y mil 440 de agua recolectadas de cuatro poblaciones industriales y del suroeste del pueblo de Antalya.
Los resultados fueron alarmantes: 17 por ciento de las muestras de alimentos excedieron el límite de residuos de pesticidas y 54 vegetables contenían arsénico.
Folpet, un insecticida orgánico y probable cancerígeno usado en la agricultura, fue detectado en 34 llaves de agua y de 100 muestras de agua recolectadas de un lugar llamado Kocaeli, 56 contenían residuos de aluminio.
Además, indica el estudio, 316 de 764 muestras de agua recolectadas del afluente de El Ergene (de Edirne, Kirklareli y Tekirdag) contenían arsénico inorgánico; aluminio y arsénico están presentes en fuentes de agua en 52 provincias turcas, lo que las hace demasiado contaminadas para ser ingeridas.
Sin embargo, meses después de que los investigadores terminaran su trabajo, los resultados no eran públicos, dado que los protocolos del estudio habían estipulado que sólo el ministro de salud turco tenía la autoridad legal para publicarlos.
La secrecía alarmó al científico turco, quien era el director asistente técnico en seguridad alimentaria y el Centro de Investigación en Agricultura de la universidad de Akdeniz, cuando se realizó el proyecto; dos colegas de Sik coautores de los 16 reportes de la investigación señalaron que sus artículos no fueron publicados, por ello en abril de 2018, el científico decidió compartir los hallazgos con los lectores.
Sik publicó parte de los resultados en El Hidden Report y en el periódico Cumhuriyet, y fue compartido en Internet, la difusión hizo que el ministro de salud turco decidiera acusarlo de tres cargos: por revelar y proveer información prohibida, además secretos de trabajo.
La fiscalía pidió 15 meses de prisión por revelar secretos oficiales: el ministro argumentó que el estudio no ha sido publicado porque aún no lo concluyen.
“El estudio del ministro es inmensamente valioso”, dijo Sik cuando acudió a la Corte en febrero de este año, “porque no sólo diagnostica el problema, sino que también muestra cómo tratar la contaminación que detectamos en agua y alimentos; esconder estos resultados priva al público de realizar un debate saludable para encontrar soluciones”, afirmó.
El científico continúa bajo escrutinio de las autoridades turcas, pese a las restricciones él considera que la población de su país tiene derecho a saber qué pasa en su medio ambiente para prevenir enfermedades mortales provocadas por la contaminación.