Ciudad de México, 2 de marzo de 2023 – Los tres cereales más producidos a nivel mundial son: el maíz, el trigo y el arroz. Se estima que éstos representan cerca del 60 % del aporte energético que la humanidad puede obtener de los alimentos. Con esto en mente, empresas de renombre en el sector de la alimentación, como es el caso de Kellogg, procuran fortalecer sus iniciativas para apoyar las semillas que le dan vida a la empresa y a la humanidad entera: las mujeres y los cultivos de cereal.
Kellogg basa su estrategia corporativa en el bienestar de sus productores, consumidores y el mundo donde éstos viven. “Nuestro propósito de fundación nos compromete a mantener el bienestar de las familias en primer lugar, contribuir a la seguridad alimentaria e incidir en todo el sistema para seguir brindando alimentos accesibles y nutritivos a la población,” asegura Víctor Marroquín, director y presidente de Kellogg México. Al respecto, se ha demostrado que un plato de cereal, como Corn Flakes®, y leche aporta los micronutrientes y la fibra recomendados y disminuye la ingesta nociva de grasa o colesterol.
La relevancia que los cereales tienen para la alimentación humana y la economía se acompaña de la labor clave de las mujeres en el sector. Ellas contribuyen, particularmente, en la conservación, producción, tratamiento y procesamiento de estos cultivos mediante actividades especializadas. Su participación es cada día más grande y relevante en el proceso: son fundamentales para conseguir los objetivos planteados como sociedad. No obstante, las desigualdades continúan siendo evidentes entre géneros. De acuerdo con la Organización de Naciones Unidas[1], si las mujeres agricultoras tuvieran el mismo acceso a los recursos de capacitación que los hombres, la cantidad de personas que padecerían hambre a nivel mundial se reduciría en alrededor de 150 millones.
Mediante diversos proyectos educativos, Kellogg se esfuerza por formar a mujeres y hombres campesinos para que aprovechen al máximo las tierras que trabajan sin provocar daños en el entorno. “Como parte del proyecto con Kellogg en la parcela donde siembro, recientemente hubo una capacitación sobre cómo combatir plagas de manera orgánica. A mí me gustó, pues nos dimos cuenta cómo se pueden tratar sin usar químicos, sino con otras alternativas que no dañan tanto al planeta,” comparte Ariana Arzola Galindo, productora de Sinaloa que se involucró en uno de los programas en favor del campo que mantiene Kellogg en conjunto con el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT).
En términos de sustentabilidad, el creciente número de mujeres dedicadas profesionalmente a la ingeniería agrónoma contribuye paulatinamente al aumento de su participación en el campo y a la aprobación de sus propuestas amigables con el ambiente. Cualquier persona dedicada a la agricultura se interesa en éstas debido a los beneficios económicos que representan. Referente a ello, organizaciones internacionales de renombre, como CIMMYT, han intervenido para apoyar con capacitaciones en el marco de algunos proyectos. Tal es el caso de “Apoyo al Abastecimiento Responsable”, impulsado por Kellogg. “Iniciativas ganar-ganar, como los proyectos con Kellogg de abastecimiento responsable, incrementan la sustentabilidad de la actividad agrícola, reducen la dependencia en las cadenas de suministro largas y fortalecen la seguridad alimentaria de las y los mexicanos en un desafiante entorno internacional”, mencionó Bram Govaerts, director general, secretario general y CEO del CIMMYT.
El ejecutivo al frente de Kellogg insiste que tanto el papel de las mujeres en el negocio como el medio ambiente se atienden desde lo más profundo de la organización. “Nos hemos propuesto mantener en el centro de nuestras acciones el compromiso que Kellogg ha hecho a nivel global con hombres y mujeres: nuestra visión ESG (ambiental, social, corporativa). Concretamente, esto se traduce en nuestra promesa de Mejores Días,” añade Marroquín. Semejantes prioridades han demostrado ser las adecuadas para el crecimiento de la empresa desde su fundación.
Resulta evidente que, para continuar con el tren en marcha y a todo vapor, apoyos integrales a las y los productores y al fruto obtenido de la tierra son y serán el único camino por seguir. Kellogg buscará fortalecer estos vínculos para sostener la excelencia de su producción y así garantizar que todos tengan un lugar en la mesa.