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A ritmo de forró la cultura del noreste de Brasil se expande por…

A ritmo de forró la cultura del noreste de Brasil se expande por…

Sao Paulo, 4 mayo (Notistarz).- De norte a sur, cuando toca en el baile la pista se llena. Es la alegría en los rostros de la gente que se ve al compás de este nonagenario ritmo que llegó a sufrir prejuicios como los tuvo el vallenato, su «hermano colombiano».

Ahora es uno de los ritmos brasileiros «más democráticos», divierte personas de todas las edades y clases sociales, bailando apretadito o con movimientos más estilizados.

Y representa una de las mayores tradiciones culturales del país: la de la región Nordeste y parte de la amazónica del Norte. Presente siempre en fiestas caseras, esquinas y bares y fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de Brasil por el Instituto do Patrimonio Histórico y Artístico Nacional (Iphan).

De la mano de inmigrantes brasileños y de europeos que se «enamoraron» de él, el forró atravesó el Atlántico y llegó a países como Rusia, Alemania, Francia e Italia. Ya se realizan festivales con artistas famosos en toda Europa y Estados Unidos, principalmente en Boston, Orlando y Miami.

En la ciudad de Recife (noreste), Rinaldo Ferraz,  empresario e ingeniero por formación, está al frente de la Sala de Reboco, una casa de danza dedicada al auténtico forró de raíz, conocido como «pé de serra» y que tomó fuerza en la década del noventa.

La Sala de Recobo, una especie de templo nacional del forró, presenta conciertos con los nuevos talentos, pero también lleva a nombres consagrados, además de concitar en el alegre espacio a brasileños de todas partes del país y a extranjeros curiosos por el ritmo.

«Cuando comenzamos en 1999, el forró era más tocado sólo en el período de mayo y junio -por las fiestas a San Juan- y prevalecía la gente del interior de Pernambuco, pero le fuimos cambiando la cara al forró para todo el estado y para todo Brasil», dijo Ferraz en entrevista para Notistarz.

En la actualidad la casa recibe «frecuentemente’ a «personas de otros países», muchos de ellos «bailando muy bien y forró moderno. Por eso nuestro público es de personas del estado y de turistas. Es sólo llegar a Pernambuco y preguntar dónde se baila forró», agregó.

A pesar del auge, Ferraz lamentó que el incentivo a la cultura del forró proviene mayoritariamente del sector privado y son pocas las acciones promovidas desde el poder público.

«El forró todavía es poco divulgado, de como debería ser. Necesitamos más eventos, festivales…», subrayó.

El forró se ha convertido en fuente de recursos que genera renta todo el año.

Presente en las pequeñas y grandes ciudades de Brasil. La fiesta de San Juan 2022 en el municipio de Caruarú, la principal ciudad del interior de Pernambuco y considerada la «meca» del forró atrajo en todo el mes 3,2 millones de visitantes en 24 polos esparcidos por toda la ciudad, según datos de la Alcaldía.

Las más de mil presentaciones generaron ingresos para la ciudad por 558 millones de reales (unos 11,6 millones de dólares), una facturación 123% mayor a la de 2019, en la última edición anterior debido al receso por la pandemia en 2020 y 2021.

Comenzó en el interior de Pernambucoen los años treinta, pero se tornó popular en la década del cincuenta con el poeta, cantante, músico y compositor Luiz Gonzaga (1912-1989), conocido como el ‘Rei do Baião’ y su principal representante, que ajustó el formato de trío: acordeón, zabumba (percusión) y triángulo.

Gonzaga llevó el forró a los bailes de la alta sociedad en Río de Janeiro, superando el estigma que se tenía del ritmo como una danza de personas pobres y sin clase del nordeste.

En los años setenta, se incorporaron al forró otros elementos de la música pop y del rock, además de la utilización del bajo, la batería y la guitarra clásica y eléctrica.

Surgieron así nombres como Geraldo Azevedo, Alceu Valença, Zé Ramalho y Elba Ramalho.

Dos décadas después, en los noventa, comenzaron a surgir grupos en la región sudeste, como los de Sao Paulo, de los que se destacan Falamansa, Forróçacana, Rastapé y Bicho de Pé, entre otros, que incorporaron también nuevas tecnologías para su alcance global.

El productor Carlos Magno, organizador de eventos de forró desde 1991 y socio del Canto da Ema, una de las más importantes casas de ese ritmo en Sao Paulo, relató a Notistarz que existe un movimiento para mantener el forró tradicional, aún en la mayor ciudad del país.

Los grupos nuevos y los DJs animan siempre fiestas y discotecas con forró y sus variaciones: xote y arrasta pé y Magno fue también el responsable por llevarlo al público universitario en el estado con más nordestinos del país, fuera de esa región.

El movimiento se inicia en 1996 con las primeras fiestas dedicadas al estilo musical, la mayoría producidas por Magno y que tienen su auge en 1999 con el grupo Falamansa y el surgimiento de la casa de danza Remelexo.

«La presencia de Falamansa en el Remelexo fue tan fuerte que las fiestas de los días martes pararon, pues eran mil 500 personas dentro de la casa y dos mil  por fuera. tenía hasta revendedores de entradas. Por eso el inicio de los 2000 fue el punto de partida masivo del forró en Sao Paulo, contó Magno.

El ritmo tiene un día especial reservado en el calendario nacional, el 13 de diciembre, aniversario del natalicio de Luiz Gonzaga, el ‘Rei do Baião’, quien tuvo su historia en la aclamada película «De pai para filho» (de padre para hijo), de 2012.

En la película se cuenta la historia de Gonzaga y la de su único hijo, Gonzaguinha, que diferente del padre se dedicó a la samba carioca y por ideología política estuvieron separado hasta poco antes de la muerte de ambos, que tuvo sólo dos años de diferencia.