Moscú/Leópolis, 20 jul (EFE).- Ucrania quiere expulsar a los rusos de su territorio antes del invierno con la ayuda de más armas occidentales para evitar que las tropas enemigas tengan la oportunidad de atrincherarse y fortalecer su defensa, mientras que Rusia ha ampliado la geografía de su campaña militar más allá del objetivo inicial del Donbás.
“Después de (la llegada del) invierno, los rusos tendrán más tiempo para atrincherarse y será más difícil. Nos están arrastrando a eso, pero es muy importante no darles esa oportunidad”, dijo Andriy Yermak, el jefe de la oficina del presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski.
Yermak reconoció que el objetivo de expulsar a los rusos de toda Ucrania “es un trabajo complicado”.
“Tenemos delante a un enemigo que nos supera en armas y militares. Tenemos que ganar, pero conservando a la vez el mayor número de vidas posible”, dijo en una entrevista.
MÁS ARMAS PARA UCRANIA
Simultáneamente, EEUU planea entregar más cohetes de precisión HIMARS a Ucrania, que ya están cambiando el curso de la guerra, según las autoridades ucranianas.
Según dijo hoy el secretario de Defensa de EEUU, Lloyd Austin, durante una nueva reunión del Grupo de Contacto internacional para la Defensa de Ucrania, Washington dará a Kiev cuatro sistemas HIMARS más.
Con ello, el número de las unidades entregadas a Ucrania ascenderá a 16, precisó Austin.
Con la ayuda militar de EEUU, las fuerzas de Kiev ya han destruido en casi un mes más de 30 puestos de mando y depósitos de munición rusos, según fuentes ucranianas.
A la vez, el ministro de Defensa de Ucrania, Oleksii Réznikov, aseguró que su país necesita al menos 50 sistemas como HIMARS y los británicos M270 para contener al enemigo.
“Para contener de forma eficaz al enemigo necesitamos al menos 50 de estos sistemas, dado que nuestro frente es de casi 2.500 kilómetros, lo que equivale a la distancia entre Barcelona y Varsovia”, apuntó en una conferencia.
A la vez, para una contraofensiva eficaz, agregó, se necesitarían, como mínimo “100 sistemas como esos”.
Kiev también espera recibir de sus socios occidentales misiles tácticos del tipo ATACMS con un alcance de 300 km.
Las autoridades ucranianas informaron previamente de que sus fuerzas habían logrado recuperar, desde el inicio de la ofensiva, el 24 de febrero, más de mil poblaciones que habían caído en manos de Rusia. Pero advirtieron de que necesitan hacerse con el control de, al menos, otras 2.600.
RUSIA AMPLÍA SUS OBJETIVOS
A pocos días de cumplirse los cinco meses de la “operación especial militar”, Rusia anunció hoy que sus objetivos en el país vecino han sufrido cambios y van ahora más allá del control sobre el Donbás.
“Cuando se llevaron a cabo las negociaciones (entre Rusia y Ucrania) en Estambul, teníamos una geografía y nuestras disposición a aceptar la propuesta ucraniana se basaba en esa geografía, la de fines de marzo de 2022. Pero ahora la geografía es otra”, declaró hoy el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov.
Lavrov indicó en una entrevista con la agencia oficial RIA Nóvosti y el canal de televisión pro-Kremlin RT que “ya no se trata solo de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, sino de la región de Jersón, Zaporiyia y otra serie de territorios, y ese proceso continúa, y además, de modo consecuente y persistente”.
A la vez, el ministro ruso afirmó que en las condiciones actuales, las negociaciones con Ucrania “no tienen sentido”.
Según el jefe de la diplomacia rusa, Ucrania no reanudará las conversaciones con Rusia hasta el visto bueno de Estados Unidos.
“No tengo ninguna duda de que los ucranianos no podrán negociar hasta que los estadounidenses decidan que ya han hecho suficiente, han sembrado suficiente caos y ahora pueden dejarles solos para ver cómo salen de esta”, opinó.
Según el estadounidense Instituto para los Estudios de la Guerra, Rusia prepara formalizar la anexión de los territorios ucranianos, que podría tener lugar a través de una votación en septiembre si Moscú logra antes el objetivo de conquistar todo el Donbás.
El asesor de la Presidencia ucraniana Mykhailo Podolyak respondió hoy a los planes de Rusia de extender sus objetivos calificándolos de “artimaña propagandística” para un público fácil de impresionar.
Podolyak aseguró que la dirección en la que marcharán las tropas rusas será dictada por los misiles HIMARS y otros sistemas de artillería de gran alcance que espera recibir pronto Ucrania.
“Solo es cuestión de tiempo y paciencia”, concluyó.
Según el ministro de Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba, las palabras de su homólogo ruso prueban que Moscú quiere “sangre y no conversaciones”.
Kuleba llamó a los socios de Kiev a aumentar las sanciones a Rusia y acelerar la entrega de armas a Ucrania.
CONTINÚA LA BATALLA POR SÍVERSK
Pese a que los ucranianos mejoraron su defensa con la llegada de armamento occidental, las tropas rusas, según el parte diario de la inteligencia británica, continúan haciendo pequeños avances en el Donbás.
Una de las principales tareas del Ejército ruso y las milicias prorrusas ahora es conquistar el nudo ferroviario de Síversk, en la región de Donetsk, con la mirada puesta en el siguiente objetivo, el gran núcleo urbano de Kramatorsk.
“Respecto a Síversk: ahora nuestros militares están en las zonas altas dominantes. En la ciudad no quedan prácticamente militares ucranianos”, dijo a este respecto el portavoz militar de la autoproclamada república popular de Lugansk, Andréi Marochko.
Según el representante prorruso, los militares ucranianos se replegaron de la ciudad y ocuparon una nueva línea de defensa, desde la cual castigan con su artillería Síversk.
Las autoridades ucranianas, a su vez, acusaron a las fuerzas rusas de bombardear Kramatorsk y la vecina Sloviansk, para “sembrar pánico” entre la población.