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Roberto Cabrera y la necesidad de imagen pública

Roberto Cabrera y la necesidad de imagen pública

“Si crees en la libertad de expresión entonces crees en la libertad de expresión para puntos de vista que te disgustan”. (Noam Chomsky)

Que tal amigos lectores, esta semana tocaremos un tema, que tal vez a muchos no les guste, tampoco a quienes aludiremos, pero que considero necesario ‘despertar’ y no cerrar los ojos a lo que claramente estamos viendo, no solo como medio de comunicación o como periodista, sino como reflejo de lo que la propia ciudadanía expresa.

Sin duda, es claro que la Imagen Política es clave para cualquier personaje de la vida pública que tenga pretensiones de un nuevo cargo o seguir en el que está, como podría ser el del actual presidente municipal Roberto Cabrera Valencia en San Juan del Río.

Y vea porqué, si bien el alcalde panista, quien por tres ocasiones compitió para llegar a la alcaldía, después de los intentos pudo cumplir su objetivo, también es cierto que fue gracias a la ‘alianza política’ y compromisos que hicieron en las pasadas elecciones los candidatos del PAN, con otros partidos políticos como es el PRI y el PRD, cuando ambos trabajaron para los candidatos de Acción Nacional que hoy nos gobiernan.

Pero eso es una cosa y otra es la imagen política de un persona, sobre todo para dirigirse y acercarse a los ciudadanos, para eso debe mostrar otra cara, porque si bien dice el dicho que uno es como es, en política no creo que sea el caso.

Encuesta

Si hoy fueran las elecciones de 2024, volverías a votar por Roberto Cabrera?

Pero eso no se construye solo, la imagen de un personaje político debe crearse desde su área de comunicación social e imagen pública, como su nombre lo dice. 

No solo incluye la imagen propia que un personaje debe mostrar al salir a la calle o presentarse en una oficina, sino el equipo que lo rodea debe tener también esa característica y no acudir a la oficina ‘en chanclas’ o hasta en ropa deportiva, más cuando se trata del primer contacto con la ciudadanía.

La imagen del alcalde Roberto debe ser construida por un equipo que de verdad conozca de imagen para que el funcionario principal y sus colaboradores puedan llevar el mensaje de convencimiento y de resultados tangibles a los gobernados.

Víctor Gordoa, autor de ‘El poder de la imagen pública’, decía que la clave para alcanzar la armonía entre el fondo y la forma, para lograr la preferencia no solo de sus colaboradores sino de los gobernados o los votantes, se requiere de un ‘Plan maestro de imagen pública’, algo de lo que carece el edil de San Juan del Río.

Y vea si no, el alcalde Roberto Cabrera Valencia, ha adolecido de imagen pública desde que inició su administración, debido a la falta de verdaderos especialistas y colaboradores comprometidos y preparados, que le ayuden a expresar lo que realmente quiere su gobierno.

El edil no puede solo, requiere de alguien que diseñe el concepto que se pretende externar, para que la ciudadanía pueda identificarlo como el mejor gobernante, como persona y como político, no solo como el que transmite lo que el gobierno estatal está haciendo en beneficio del municipio, que eso es lo que hasta ahora han visto los ciudadanos.

Con la llegada de su primer colaborador en la oficina de comunicación e imagen pública, solo se construyó el diseño de una imagen, que en todos los casos y proyectos que se encaminaron, fracasó.

Luego de poco más de un año, llega otro personaje, supuestamente ‘experto’ en imagen pública, quien por recomendaciones pudo sentarse en la silla que le dejaron, pero que desde mi perspectiva, nada tiene que hacer, en un lugar que desconoce.  A las pruebas y resultados me remito. 

La dependencia no ha sabido llevar el mensaje de convencimiento del alcalde a los ciudadanos, que son los que el día de mañana podrían ser los que decidirán una elección o reelección.

Para el 2024, ya no se elegirá un gobernador, será una contienda de candidatos municipales, diputaciones y cargos federales, en la que también tendrá un efecto que podría ser desfavorable para San Juan del Río.

Esto mismo, está siendo aprovechado calladamente por la oposición, llámese MORENA y sus aliados izquierdosos, que son los que pelearán hasta con las uñas los cargos locales, que son los que más importan.

A ya casi más de un mes, Pedro Gómez, en el área de comunicación social no pinta para dar un giro de imagen política a su jefe, los cambios que el edil ha realizado en el gabinete, han sido con tiento, pasivos y hasta con cierto temor. Los compromisos ya se cumplieron, ahora hay que tomar determinaciones.  Pero qué pasaría si el proyecto de Roberto Cabrera se pusiera en marcha de la misma manera que lo ofreció en campaña?

¿Qué pasaría si sacara de su gabinete a quienes no le abonan y que en cambio solo le hacen mella; que han demostrado ser uno holgazanes y que solo lo hacen quedar mal con los gobernados cada vez que llega tarde o no asiste a un evento, que le reclaman los compromisos incumplidos y la falta de eficiencia en los servicios, la seguridad y las obras. 

Ya lo decía Víctor Gordoa en su bestseller, un libro que habla del poder de la imagen pública y que al entrar en una librería de inmediato me llamó la atención y es lo que me está llevando a escribir estas líneas, aunque vayan a doler.

Y como él mismo lo refiere, no quisiera que pensaran que quiero desacreditar las ‘valiosas figuras’ de algunos en el equipo de Cabrera, ya que por las funciones que desempeñan, sus actividades son importantes, pero no para que puedan generar una imagen pública de la que el edil adolece, no instagramera o facebookera como quieren la quieren impulsar, ya que el alcance de las publicaciones que hacen, no van más allá del círculo de trabajadores a los que beneficia con tenerlos en la nómina. 

Entonces si los resultados hasta el momento no han dejado de preocupar al propio gobernante que definitivamente quisiera la continuidad en 2024, entonces debe actuar de inmediato, ya que ellos solo están por un sueldo y no les interesa un cargo político o una reelección. Digo, si no dan resultados, ‘zapatero a tu zapato. ¿Usted qué opina?